Ayer en la clase de expresión plástica impartida por Miguel Elías, me ha llamado la atención el tema de papiroflexia.
Su historia nace en Japón, denominado origami, que consiste en el plegado de papel para obtener figuras de formas variadas. En español, se denomina papiroflexia, y no se utilizan ni tijeras ni pegamento o grapas, solamente se utiliza papel y las propias manos.
Con el papel, se pueden obtener desde cuerpos geométricos hasta figuras parecidas a la realidad, como animales, flores, objetos, etc.
Actualmente, la papiroflexia se define como un arte educativo en el cual las personas desarrollan su expresión artística e intelectual, aunque también lo definen como la esencia que se esconde tras los dedos de quienes pliegan papeles para darle nacimiento a innumerables figuras.
Uno de los maestros del origami fue Akira Yoshizawa (1911-2005) que elevó la papiroflexia desde la artesanía o el simple pasatiempo a su condición artística, conociéndose como una de los padres del origami.
En 1989, ya se constataba que había creado más 50.000 modelos, es importante citar, que nunca utilizó tijeras, pegamento o adornos adicionales a sus figuras.
En 1983, se le otorgó la Orden del Sol Naciente, uno de los mayores honores que puede recibir un ciudadano japonés.
La innovación técnica de Akira Yoshizawa, fue entre otras muchas la del plegado en húmedo. Esta técnica, consiste en humedecer el papel antes de ser doblado, dándole al doblado una forma más curva y con una visión esculpida. Esto, se consideró como una cambio que permitió al origami como una forma de arte.
Algunas de sus obras fueron las siguientes:
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